Lectura: Gálatas 5:16-26 y 6:1-10

“No nos cansemos, pues, de hacer bien…” 6:9

Cómo puedo saber si verdaderamente soy salvo? Es una pregunta que frecuentemente se hacen muchos. Cuando tenemos un encuentro personal con Jesús, cuando llegamos a …Él con sincero arrepentimiento y empezamos a conocerlo y Su Espíritu Santo toca nuestro ser, indefectiblemente debe producir en nosotros un verdadero y genuino cambio, profundo, definitivo. Su poder transforma la vieja naturaleza caída en una nueva persona y quedan atrás los viejos hábitos de pecado, el estilo de vida vano, el pensamiento soberbio y mundano y las palabras que no edifican.

…Él cambia nuestra manera de pensar, y el enfoque de nuestra vida. ¿Por qué? Porque a partir de allí, la vida tiene un propósito sublime, eterno, el cual es glorificar a Dios en todo lo que hagamos, todo lo que digamos y todo lo que pensamos. Por lo tanto, la vida del cristiano debe reflejar, ante todo, amor. Amor hacia las almas descarriadas, amor a los necesitados, a los que nos rodean y obrar en consecuencia, en nuestra zona de influencia predicando, llevando aliento y consuelo y ayudando. El creyente no puede ser un amargado, una persona a la cual el mal carácter domine, sino que Él tiene dominio sobre sus palabras, sobre sus reacciones. También transmite alegría y optimismo, a pesar de las circunstancias y las personas se agradan de su compañía, desean estar cerca porque imparte siempre bendición, consejo, enseñanza, corrige en amor, sirve a los demás. El verdadero creyente lleva fruto, deja huellas, es un referente en el lugar donde esté y sobresale a los demás.

Luisa Canán, Paraguay

Irradiando luz, esperanza y amor imitemos el carácter de Cristo y andemos como Él.